septiembre 10, 2013
La Sony que presentó el Xperia Z en enero era una compañía que no había tenido mucho éxito en el mundo de smartphones. Nueve meses después, a la hora de mostrar el Xperia Z1, ya tenía en sus credenciales haber lanzado un modelo respetado y prestigioso. El reto de esta nueva entrega es seguir fortaleciendo los dominios de la firma japonesa, que con cada lanzamiento se juega su futuro.
Tal como con el Z, el Z1 tiene como principal característica su resistencia al agua y al polvo. Cumple con el estándar IP58, lo que garantiza que una inmersión contínua no va a afectar su funcionamiento. Sin embargo, eso no se refleja en su exterior. Como su antecesor, el Z1 es un dispositivo elegante y fino, que no tiene los refuerzos ni corazas adicionales que suelen tener los smartphones con esa protección.
Sin embargo, sí es más ergonómico que el Z. En lugar de tener bordes lisos y filosos, sus esquinas son redondeadas, lo que le permite tener un mejor agarre. Su balance en la mano también es notable: es un teléfono que no va a perder el equilibrio si el usuario está en entornos que lo obligan a moverse mucho, como el transporte público.
Algo que llama la atención es que su bisel –el marco de la pantalla– es un poco más grande que el que proponen otras empresas en sus lanzamientos. Eso lo hace más voluminoso de lo que podría llegar a ser, y –más importante aun– de lo que son otros teléfonos de cinco pulgadas. Tiene 144 mm de alto y 74 mm de ancho, mientras que el Samsung Galaxy S4 es de 136,6 mm por 69,8 mm y el LG G2 (que es de 5,3 pulgadas) es de 138.5 mm por 70.9 mm. Sony pudo haber optado por un teléfono un poco más pequeño, lo que le hubiera dado varios puntos a favor.
Por demás, Sony siguió con su idea de poner el botón de encendido en la mitad. Este botón es ligeramente diferente al de los Xperia Z y ZL: ya no tiene las aristas rectas, sino un poco en relieve. Es más cómodo, pero quizás menos elegante. El botón de la cámara, por demás, está al nivel de la carcasa, en lugar de estar un poco levantado, lo que lo hace más difícil de presionar pero evita que se oprima accidentalmente.
La pantalla sigue el estándar del mercado. Cinco pulgadas y 1080p, lo que da 441 píxeles por pulgada de resolución. Los dispositivos que probamos tenían los colores un poco bajos de intensidad, y daba la impresión de que su brillo máximo podía dar más. Sin embargo, Sony tiene una opción que sirve para configurar los valores del dispositivo, lo que eventualmente solucionaría ese problema.
Por demás, la respuesta táctil fue muy buena, y la navegación en el skin de Sony fue mucho más fluida que la que pudimos experimentar en el ZL o en la Tablet Z. Esto último ocurre gracias a las entrañas superpoderosas del nuevo modelo. Sony no escatimó: tiene un procesador Qualcomm Snapdragon 800 de cuatro núcleos a 2,2 GHz, 2 MB de RAM, y 16 GB de capacidad expandible a 64 GB por medio de una tarjeta microSD –detalle que se agradece–. En este apartado, el Z1 está por encima del Galaxy S4 y a la par del recién mostrado Note III.
La cámara de 20,2 megapíxeles es muy rápida, y Sony dice que su sensor es el mejor del mercado. Los teléfonos que probamos estaban adosados al mostrador, por lo que no pudimos hacer una prueba exhaustiva. Sin embargo, sí tomamos algunas fotos:
Lo que hizo Sony aquí fue algo más que poner al día su teléfono más poderoso. En la conferencia de prensa en la que lo presentó, Kaz Hirai, presidente de la compañía, aseguró que todo el portafolio de Sony en video, sonido y cámaras confluye en este smartphone. Es el producto estrella no solo de la división móvil de Sony, sino también de toda la compañía. Tiene que sacar la cara, y tiene con qué. Todo depende ahora de que salga pronto al mercado y de que la división de mercadeo haga lo suyo.
Los dejamos con la usual galería.
Fuente: Sony
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